“Bienvenidos. Soy el
arcángel del amor por uno mismo y hoy vengo para envolverlos en ese
pensamiento. Soy de origen angelical. Soy de naturaleza angelical. Soy de luz
angelical. Soy la esencia de la vibración y la canción conocida como Chamuel.
Cada medida del tiempo, cada medida del día y la noche refleja cuánto se aman o
no se aman a sí mismos. La Tierra fue creada de los más profundos
anhelos del corazón del Creador. Todo en este planeta fue creado para amarlos. La
tierra que pisan los ama. Al viento le encanta revolverles el cabello como un
hermano pequeño. Los árboles les sonríen desde su gran altura, pero nunca los
miran con desprecio, porque saben que ustedes son los custodios de esta hermosa
esfera.
Cuando estén en posición de
amarse verdaderamente a sí mismos, entonces todo lo que deseen manifestar y
crear puede suceder, va a suceder y tiene que suceder. Porque así es el
Universo. Hay muchos días en los que no les gustan muchas cosas de ustedes
mismos. En esos días, cuando sus energías creativas están sombrías y
descontroladas, sus creaciones son como un pantano en la montaña.
Piensen en una época del
pasado en la que se sentían muy bien y alegres sin ninguna razón aparte del
hecho de estar vivos. Todo lo que tocaban ese día se convertía en oro, la vida
les sonreía con muchos milagros, las personas les daban porque sentían su amor
y alegría y se regodeaban siendo generosas. Ahora piensen en los días en los
que no querían salir de la cama, no querían volver a despertar al mundo. Se
levantaban arrastrando los pies y la energía. Todo lo que tocaban ese día se
desinflaba y marchitaba. Se quedaban sin gasolina (por supuesto), se les
pinchaba un neumático y camino al trabajo encontraban todas las luces en rojo.
Ésta es su vida, lo bueno, lo malo, lo feo, siempre determinada por cuánto aman
lo que son.
Todo ocurre a través de
ustedes. No puede ser de otra forma. Porque ése es el destino de este lugar en
el que residen, que los ama más de lo que se aman ustedes la mayoría de los
días. Todo toca a todo lo demás. Y eso es lo que han olvidado. Por eso yo,
Chamuel, el ángel del amor por uno mismo, vengo a decirles que sus estados de
ánimo afectan a toda vida. El árbol sonríe cuando están de buen humor. El árbol
pierde las hojas cuando están de mal humor. Si atraen a personas negativas y
deprimidas, entonces observen su propia energía, porque la vibración es de
naturaleza similar.
Manténganse en un lugar de
alegría, felices de ser humanos, felices de estar hechos de carne y felices de
estar dondequiera que estén en este momento de su experiencia. Ustedes son el
centro de su universo, cada uno de ustedes. Son el centro de su continuo
tiempo/espacio personal –todo separado pero unido– semejante a las células de
su cuerpo. Cuando su corazón anhela algo profundamente, es su alma la que les
pide que se lo proporcionen. Lo que su alma necesita podría ser un paseo por la
playa. Podría ser bailar bajo la lluvia. Podría ser viajar por el mundo o
escribirle una carta a un viejo amigo. ¿Quién creen que les apunta la dirección
de todos esos anhelos del corazón?
El yo está tan enredado en
las injusticias pasadas que no mira hacia el presente. Siempre hay una mirada
retrospectiva que está envuelve al yo del pasado. Su alma está en el lugar de
donde provienen los anhelos de su corazón. Observen detenidamente lo que
ansían. Vean qué le está hablando a su corazón y luego centren su ser con amor
y créenlo desde un lugar del corazón.
La mayoría de los humanos
no sienten amor ni se sienten amados. Esta sensación de no ser amados puede
provenir de sus padres y de otros miembros de su familia, pero comprendan que
ellos también están aprendiendo a amar. Ustedes pueden acceder a vidas
-futuras, pasadas y simultáneas– en las que sus padres los amaron mucho. Pidan
eso. Quizá su esposo o esposa no les demuestran mucho afecto o quizá su vida
está vacía de amor. Ha habido muchos que los han amado a través del tiempo.
El sol se ha puesto y
levantado en cada carencia y necesidad suya. Hubo vidas en las que fueron
mágicos. Han convertido la paja en oro más veces de las que están dispuestos a
contar, porque todos ustedes son alquimistas. Son ángeles y son hermosos
humanos envueltos en uno. Si no obtienen lo que desean en este momento,
entonces deben acceder a un lugar en el espacio y el tiempo donde alguna vez lo
recibieron, y traer esa sensación a su campo áurico (pidan que esa sensación
los inunde). A partir de ese punto, creen. A partir de ese punto, ámense un
poquito más.
Los humanos son criaturas
graciosas. El reino angélico no los entiende, pero siempre estamos a su lado.
Ustedes no se sienten amados aún cuando alguien que los ama se para frente a
frente y proclama su amor. No se sienten colmados sin importar cuánto se les
dé. Humanos, ustedes no comprenden cuán inmensos son. ¡Pero nosotros sí!
Mientras tanto, mientras se esfuerzan tanto por recordar, nosotros sostenemos
la luz para ustedes. Nos sentamos junto al fuego. Hablamos de ustedes y
bromeamos acerca de ustedes y comparamos notas. Los amamos entrañablemente.
Necesitamos que nos invoquen a nosotros, los ángeles. No podemos intervenir a
menos que sea una emergencia, y a veces su definición de emergencia varía
enormemente de nuestra definición de emergencia. Los obedecemos como Dios
Madre/Padre lo ordenó. Una y otra vez, y vida tras vida, crece el amor que
sentimos por ustedes. Para poder servirles mejor, deben orientarnos hacia los
asuntos de su vida. Estaremos ahí para ustedes. Ninguna tarea es demasiado
pequeña o demasiado grande. Soy Chamuel. Soy el ángel del amor por uno mismo y
espero que tengan una mayor comprensión de lo que eso realmente significa”
Texto canalizado por Gillian MacBeth-Louthan
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